Yoga para Empresas en Madrid

Al practicar yoga con regularidad aumentan la dopamina y la oxitocina y nos ayuda a estar más relajados y a gestionar mejor cualquier situación de estrés. Es lo mismo que intentan los antidepresivos y ansiolíticos pero sin efectos secundarios. Además durante la práctica del yoga aumentan los niveles del neurotransmisor GABA, que calma la actividad cerebral, lo que beneficia mucho a la hora de relajarse y concentrarse.

Descubrieron que después de dos meses de practicar yoga aumenta la densidad de la materia gris en el hipocampo que se encarga del control de los músculos y la percepción sensorial. La densidad de esta parte de la mente hace que aumente nuestra conciencia y a mejorar la memoria y la capacidad de aprendizaje. También observaron que se que se producen cambios en la amígdala, parte del sistema límbico que controla nuestros niveles de ansiedad. En resumen estos estudios concluyen que a mayor densidad de la materia gris mayor es nuestra capacidad de aprender y de relajarnos.

La meditación y el yoga aumentan la actividad de la corteza prefrontal derecha, asociada a estados de ánimo positivos. Los científicos que estudian el cerebro han descubierto un componente biológico vinculado a la felicidad, lo que hoy en día es muy importante en la prevención de depresiones y problemas anímicos.

– Numerosos estudios demuestran que, a través de la práctica regular del yoga, los niveles de cortisol caen, lo que contribuye a mantener a raya el estrés y todas las reacciones químicas asociadas a este. Incluso después de una sola sesión de yoga, se han llegado a tomar muestras de saliva que demuestran una reducción de los niveles de cortisol. El cortisol es una hormona que se dispara cuando estamos nerviosos.

– El sistema nervioso autónomo consta de dos divisiones: el sistema nervioso simpático, que ayuda a responder y actuar en situaciones de estrés, y el parasimpático, que ayuda a relajarnos. Ha quedado demostrado que el yoga estimula la parte del cerebro del sistema parasimpático ayudándonos a recuperar el equilibrio en la vida diaria a través de la relajación. Además, reduce el ritmo cardiaco, la presión arterial y se incrementa el flujo sanguíneo a los órganos internos.

– Numerosos estudios demuestran que la práctica del yoga (sobre todo la concentración y la meditación) aumenta el grosor de nuestro cerebro y refuerza las conexiones neuronales. Además el cerebro procesa más rápido la información y toma decisiones más fácilmente al aumentar la cantidad de pliegues presentes en la corteza cerebral. Es decir, a través del yoga y la meditación agilizamos la actividad mental.